miércoles, 19 de septiembre de 2012

Isco y el Málaga enamoran a Europa



 

                                                                                                                       Marcos Martín Moreta       
                                                                                                                
El Málaga vive en estos momentos un sueño. La felicidad por su segundo puesto actualmente en Liga ha sido superada por su debut en la máxima competición continental. El inicio del club malaguista no ha podido ser mejor tras ganar ayer al Zenit en la Rosaleda, que aprovechando el cartel de no hay billetes en taquilla se engalanó el campo para recibir la Champions bajo la atenta mirada del seleccionador ruso Fabio Capello.

Nada más sonar el pitido inicial por parte del colegiado inglés Mark Clattemburg, el Málaga salió en tromba hacia el marco de Malafeev. No tardando mucho, en el minuto 3 se produjo la locura monumental en la Rosaleda con el gol del malagueño Isco. Cogió el balón, levantó la cabeza, quebró a Anyukov y con un magnífico disparo al palo largo batió al portero.

El jarro de agua fría por el gol recibido no pasó factura al equipo ruso ya que en la jugada siguiente el brasileño Hulk estrelló un potente disparo en el larguero. Con esta ocasión empezó a despertar el equipo de Luciano Spalletti con varios acercamientos al área de Caballero. El Málaga por su parte esperaba replegado en su campo las acometidas rusas.

No obstante, el equipo de Pellegrini encarriló en partido con su segundo gol cuando mejor estaba jugando el Zenit. En el 13´ Saviola hacía el 2-0 tras un gran pase al hueco de Jesús Gámez. A pesar del resultado favorable el equipo no se echó para atrás sino que tuvo claras oportunidades para poder haberse ido ganando 4-0 al descanso. El Zenit solo gozaba de oportunidades a balón parado, salvo una clarísima ocasión de Fayzuli que Demichelis saca bajo palos. La primera concluyó con varias ocasiones de Málaga tras jugadas individuales de un gran Joaquín y de Isco. El partido de ambos fue descomunal. Sus regates, fintas, desmarques causaron un constante dolor de cabeza a la defensa rusa que hacía agua cada vez que se asociaba la dupla.

Tras el descanso, Pellegrini quiso reforzar el medio de campo con la entrada al campo de Iturra por el canterano Portillo. No obstante, el cambio no dio sus frutos ya que salió mejor el Zenit del túnel de vestuarios. Tras quitarse la caraja del parón, el Málaga engrasó la maquinaria. Eliseu primero y después Joaquín, desaprovecharon sendas ocasiones de gol para matar el partido, y a partir de ese momento el encuentro se convirtió en un "corre calles" contínuo. Pero este tipo de partido no interesaba a un Málaga que hasta entonces había estado muy bien plantado en el campo. Y como no tuvo que aparecer el jugador de la noche.
Isco hizo el 3-0 para dar la estocada final al Zenit. Golazo del malagueño que coge el balón en la frontal de área y manda un derechazo directo a la escuadra. Increíble recital el que dio en la máxima competición. Con el pitido final, la alegría inundó la Rosaleda. Una vez finalizada la contienda, Pellegrini en rueda de prensa solo tuvo palabras de agradecimiento para la afición tras un verano muy convulso por la salida del equipo su gran estandarte Santi Cazorla y felicitó a sus jugadores por el gran partido realizado.



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