Edgar Palomo
La selección española de fútbol lo ha vuelto a conseguir. Nuestro combinado nacional ha logrado con otro título, esta vez europeo, que nuestro país aparque aunque sea por un momento la complicada situación económica que está atravesando y que miles de ciudadanos muestren toda su alegría ya sea en sus casas, en los bares o en las calles por la tremenda hazaña que ha alcanzado esta generación de grandes profesionales del deporte rey.
Nunca antes en la historia del fútbol una nación
había conseguido obtener el llamado triplete (entre Mundiales y Eurocopas). La
Alemania del mítico jugador Franz Beckenbauer se quedó cerca de conseguirlo ya
que logró en 1972 la Eurocopa disputada en Bélgica y en 1974 el Mundial de su
propio país, pero cayó en la final de la Eurocopa del año 1976 contra la
Checoslovaquia del gran Panenka y no pudo conquistar la triple corona.
Otras
selecciones europeas tampoco tuvieron suerte, ya que la Francia de Zinedine
Zidane también se quedó a las puertas. La consecución del mundial en 1998 y de
la Eurocopa en el año 2000 hizo que los “bleus” adquiriesen el cartel de
favoritos en el Mundial del año 2002 disputado en Korea y Japón, pero fracasó
estrepitosamente en la primera fase y se fueron a casa antes de tiempo.
Ni en nuestros mejores pensamientos creíamos los
españoles que nuestra selección de futbol absoluta pudiera al menos ganar un
título, ya que nuestro pasado estaba repleto de decepciones, fracasos e
injusticias futbolísticas. Eso hizo que muchas generaciones de niños se fijasen
más en otros combinados nacionales, porque en nuestras selecciones a lo largo
del tiempo no se jugaba tan bien y había en algunos momentos ciertos malestares
entre jugadores y técnicos.
Todo esto ha cambiado y afortunadamente ha sido para
bien, ahora los chavales solo conocen a una España victoriosa, que practica un
fútbol de toque, de fantasía y que hace que sus rivales parezcan menos fuertes
de lo que realmente son (Italia la última víctima). Definitivamente hemos
podido enterrar de una vez ese pasado futbolístico que nos atormentaba para
alcanzar por fin una mentalidad ganadora.
Solo nos toca disfrutar de esta hornada de jugadores
irrepetibles que tantas alegrías nos han dado y que esperemos que nos den
muchas más, porque es muy difícil poder igualar o superar lo que han conseguido
y quizás no lo volveremos a ver más. Este último triunfo de la Eurocopa 2012 de
Polonia y Ucrania, del que fuimos testigos en directo Alfonso y yo, es para el
disfrute de todos los ciudadanos de España y de los amantes del fútbol, pero
sobre todo para todas aquellas generaciones de españoles que se han ido sin
poder ver ganar de esta manera a nuestra selección de fútbol.