lunes, 10 de febrero de 2014

Viento a falta de fútbol

Pito, autor del gol de la victoria // ARCHIVO
 
 
                                                                                                         Alfonso Moreno



El clásico del grupo octavo fue para el conjunto encarnado (2-1) en un partido en el que el verdadero protagonista fue el intenso viento más que el fútbol desplegado.



En una tarde no apta para la práctica del fútbol –meteorológicamente hablando- se presentaba la Gimnástica Segoviana al estadio Adolfo Suárez. Los visitantes llegaban sin perder en tierras abulenses desde el año 2011. Pero está vez todo cambió. A pesar de no ser un encuentro futbolísticamente atractivo, el Real Ávila consiguió una victoria muy importante ante su eterno rival que le hace afianzarse en zona de playoffs. Los goles se marcaron en la primera mitad y eso que el Ávila tenía en su contra al viento.


Los encarnados consiguieron abrir el marcador a los siete minutos de la mano de Iván Cabezudo tras recibir un centro y batir al meta Iván. Mediada la mitad de la primera parte se vio el empate tras varios intentos de gol frustrados de la Segoviana, Mariano batía a David estableciendo la igualada. En una nueva intentona de los locales vendría el definitivo 2-1, Pito aprovechaba un rechace del portero a un disparo de su compañero Cueto; el almeriense no perdonaba y ponía por delante al Ávila.


En la segunda mitad el marcador no se alteró, el conjunto encarnado no supo aprovechar la ventaja de tener el viento a su favor y unido al estado del terreno de juego poco peligro acechó a la portería visitante. Por el contrario, la Segovia hizo mejor parte pero sin lograr ningún tanto.


Lo mejor, al final, el resultado. Victoria e importantes puntos para el Ávila que unidos a los resultados sigue cerrando zona de ascenso con la Arandina más cerca. El próximo compromiso para el Real Ávila será el Atlético Astorga.


Puedes escuchar a los protagonistas en rueda de prensa:
 
  • Santiago García (Entrenador de la Gª Segoviana):       


  • Borja Jiménez (Entrenador del Real Ávila):                    

  • Pito (Jugador del Real Ávila):                                       

sábado, 1 de febrero de 2014

Hasta siempre, Luis



                                                                                                                     Edgar Palomo

Reconozco que hasta que no fuimos campeones de Europa de naciones, ‘el sabio de Hortaleza’ no me caía especialmente bien. La imagen dada de él en los medios de comunicación no era muy buena, y era más conocida su faceta polémica en ruedas de prensa o en entrenamientos que su trabajo como entrenador.
 
Desde que descubrí este maravilloso deporte, ‘zapatones’ para mí fue un simple entrenador de fútbol, ya que recuerdo sus etapas en el Atlético de Madrid (en segunda división), Oviedo, Mallorca y Valencia. Como jugador no tuve el placer de conocerle, pero la historia dice que fue uno de los mejores jugadores españoles de la década de los setenta y todo un símbolo para los ‘colchoneros’.
 
En su etapa más reciente y desde que fue nombrado seleccionador nacional de fútbol, descubrí verdaderamente al Luis entrenador. El mundial de Alemania 2006 concluyó para todos nosotros con otro batacazo, sin pasar de nuevo de cuartos de final y apeados de nuevo por nuestra selección vecina y eterna rival, Francia. Fue otra de las tantas decepciones de ‘la roja’ en un gran campeonato, pero si hacemos balance fue nuestra derrota más dulce.
 
Luis, a pesar de la derrota sacó valoraciones positivas del grupo de jugadores que había formado, algo que casi ninguno de nosotros veíamos. Sin duda alguna, él poseía ese don de ver lo que el resto de los mortales no alcanzamos a observar, de ahí lo de ‘sabio de Hortaleza’. Aragonés dio forma a una idea, a un patrón de juego, a un estilo que no fue casualidad, pues sabía que se habían juntado en la selección un buen puñado de futbolistas que sabían jugar muy bien al fútbol.
 
Xavi, Iniesta, Silva, Cazorla, Villa, Xabi Alonso junto con Casillas, Puyol, Sergio Ramos, Torres y cia crecieron al amparo de Luis en aquella fase de clasificación tan sufrida para llegar a la Eurocopa de Austria y Suiza. Sufrida porque España tuvo que ir a la repesca para clasificarse y por la cantidad de palos que le cayó por la derrota contra Irlanda del Norte, último partido por cierto de Raúl González con la selección española.
 
Estoy de que a Luis Aragonés le costó decidir que Raúl no volviese a la selección, ya que creyó oportuno una renovación de jugadores que venían ‘pegando fuerte’. Donde nosotros sólo sentíamos escepticismo por los palos que nos habíamos llevado, él veía un gran grupo de jugadores que sabían tocar muy bien la pelota. Luis se amoldó al tipo de jugadores que tenía y creó un estilo de juego, un patrón, una idea de jugar, el famoso ‘tiki-taka (frase acuñada por el gran Andrés Montes). Por lo que la confianza y visión de Luis en sus pupilos fue en aumento, ya sí llegamos a la Eurocopa 2008.
 
Con él empezó todo, España por fin fue una piña (tanto el equipo como la afición) y nos identificamos con este estilo de juego que dejó asombrado al mundo entero y juntó a una generación de jugadores como nunca antes habíamos tenido que tocaban y mimaban la pelota como los ángeles y desesperaban a los rivales. Rusia, Suecia, Grecia, Italia y Alemania nos padecieron, y volvimos a conseguir un título internacional, la Eurocopa de 2008, tras 44 años de espera. Él nos guió el camino hacia el triplete, gracias por todo, gracias por tanto, Luis.