sábado, 1 de febrero de 2014

Hasta siempre, Luis



                                                                                                                     Edgar Palomo

Reconozco que hasta que no fuimos campeones de Europa de naciones, ‘el sabio de Hortaleza’ no me caía especialmente bien. La imagen dada de él en los medios de comunicación no era muy buena, y era más conocida su faceta polémica en ruedas de prensa o en entrenamientos que su trabajo como entrenador.
 
Desde que descubrí este maravilloso deporte, ‘zapatones’ para mí fue un simple entrenador de fútbol, ya que recuerdo sus etapas en el Atlético de Madrid (en segunda división), Oviedo, Mallorca y Valencia. Como jugador no tuve el placer de conocerle, pero la historia dice que fue uno de los mejores jugadores españoles de la década de los setenta y todo un símbolo para los ‘colchoneros’.
 
En su etapa más reciente y desde que fue nombrado seleccionador nacional de fútbol, descubrí verdaderamente al Luis entrenador. El mundial de Alemania 2006 concluyó para todos nosotros con otro batacazo, sin pasar de nuevo de cuartos de final y apeados de nuevo por nuestra selección vecina y eterna rival, Francia. Fue otra de las tantas decepciones de ‘la roja’ en un gran campeonato, pero si hacemos balance fue nuestra derrota más dulce.
 
Luis, a pesar de la derrota sacó valoraciones positivas del grupo de jugadores que había formado, algo que casi ninguno de nosotros veíamos. Sin duda alguna, él poseía ese don de ver lo que el resto de los mortales no alcanzamos a observar, de ahí lo de ‘sabio de Hortaleza’. Aragonés dio forma a una idea, a un patrón de juego, a un estilo que no fue casualidad, pues sabía que se habían juntado en la selección un buen puñado de futbolistas que sabían jugar muy bien al fútbol.
 
Xavi, Iniesta, Silva, Cazorla, Villa, Xabi Alonso junto con Casillas, Puyol, Sergio Ramos, Torres y cia crecieron al amparo de Luis en aquella fase de clasificación tan sufrida para llegar a la Eurocopa de Austria y Suiza. Sufrida porque España tuvo que ir a la repesca para clasificarse y por la cantidad de palos que le cayó por la derrota contra Irlanda del Norte, último partido por cierto de Raúl González con la selección española.
 
Estoy de que a Luis Aragonés le costó decidir que Raúl no volviese a la selección, ya que creyó oportuno una renovación de jugadores que venían ‘pegando fuerte’. Donde nosotros sólo sentíamos escepticismo por los palos que nos habíamos llevado, él veía un gran grupo de jugadores que sabían tocar muy bien la pelota. Luis se amoldó al tipo de jugadores que tenía y creó un estilo de juego, un patrón, una idea de jugar, el famoso ‘tiki-taka (frase acuñada por el gran Andrés Montes). Por lo que la confianza y visión de Luis en sus pupilos fue en aumento, ya sí llegamos a la Eurocopa 2008.
 
Con él empezó todo, España por fin fue una piña (tanto el equipo como la afición) y nos identificamos con este estilo de juego que dejó asombrado al mundo entero y juntó a una generación de jugadores como nunca antes habíamos tenido que tocaban y mimaban la pelota como los ángeles y desesperaban a los rivales. Rusia, Suecia, Grecia, Italia y Alemania nos padecieron, y volvimos a conseguir un título internacional, la Eurocopa de 2008, tras 44 años de espera. Él nos guió el camino hacia el triplete, gracias por todo, gracias por tanto, Luis.

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