Alfonso Moreno
Ya es un hecho, el Málaga jugará la liguilla de grupos de la Champions tras
su empate sin goles frente al Panathinaikos; empate que le otorga gloria
deportiva y una jugosa inyección económica.
El conjunto malagueño no se dejó intimidar por el ambiente del estadio Spyros Louis e impuso su filosofía desde el arranque con orden, solidaridad y posesión de la pelota. El infierno con el que se aventuraba encontrar el equipo malagueño no fue para tanto y el Málaga jugó mucho más cómodo de lo que se podía esperar.
La incapacidad del equipo griego, gracias al trabajo de Toulalan, los desbordes de Joaquín e Izco y la capacidad defensiva de un equipo que toca con las manos la gloria de la máxima competición. Mérito de Pellegrini y unos jugadores que mostraron lo mejor en medio de una situación muy complicada tanto institucional como deportiva.
El Panathinaikos, reservón en la ida, apenas tiró de un par de acciones agresivas para intentar batir al Málaga. Un equipo desesperado el que se ha podido ver, que usa acciones duras cuando las ideas claras y la imaginación no afloran en su fútbol.
Meritorio, por tanto, el trabajo del Málaga que con la victoria en el partido de ida unido a este empate hacen que el jueves a las 6 de la tarde se encuentre en el bombo del sorteo de grupos de la Champions League.
El conjunto malagueño no se dejó intimidar por el ambiente del estadio Spyros Louis e impuso su filosofía desde el arranque con orden, solidaridad y posesión de la pelota. El infierno con el que se aventuraba encontrar el equipo malagueño no fue para tanto y el Málaga jugó mucho más cómodo de lo que se podía esperar.
La incapacidad del equipo griego, gracias al trabajo de Toulalan, los desbordes de Joaquín e Izco y la capacidad defensiva de un equipo que toca con las manos la gloria de la máxima competición. Mérito de Pellegrini y unos jugadores que mostraron lo mejor en medio de una situación muy complicada tanto institucional como deportiva.
El Panathinaikos, reservón en la ida, apenas tiró de un par de acciones agresivas para intentar batir al Málaga. Un equipo desesperado el que se ha podido ver, que usa acciones duras cuando las ideas claras y la imaginación no afloran en su fútbol.
Meritorio, por tanto, el trabajo del Málaga que con la victoria en el partido de ida unido a este empate hacen que el jueves a las 6 de la tarde se encuentre en el bombo del sorteo de grupos de la Champions League.
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